Cinco maneras de acompañar a alguien que perdió su trabajo
Acompañar a alguien que perdió su empleo es hablar de empatía, escucha y cuidado. Este texto comparte reflexiones prácticas y humanas sobre cómo estar presentes en esos momentos difíciles, recordándonos que el apoyo sincero puede convertirse en un verdadero acto de resiliencia compartida.
Perder el trabajo es duro. Es un proceso muchas veces solitario donde aparecen preocupaciones: desde cómo pagar las cuentas, hasta la incertidumbre de no saber cuánto durará la situación. A nivel personal, suele generar dudas y un vacío que puede tomar tiempo en procesar. Casi todos experimentamos el dolor de perder un trabajo en algún momento de nuestra vida y nadie debería pasar por esto solo.
Sin embargo, acompañar de cerca a alguien que quieres y verlo en un momento difícil también impacta. Recientemente lo he vivido con un grupo de amigos. No es fácil presenciar cómo alguien pierde la confianza en sí mismo o siente que no está en su mejor versión. Y dar un consejo rápido no siempre ayuda; a veces suena fuera de lugar e incomoda.
Después de haber pasado por algo similar en el pasado y de intentar acompañar a otros, me he dado cuenta de ciertas cosas que pueden aportar valor. En este artículo quiero compartir algunas reflexiones que quizás te ayuden si también quieres estar ahí para alguien que perdió su trabajo, pero no sabes muy bien cómo hacerlo.
Escucha primero
Cuando alguien pierde su trabajo, puede reaccionar de distintas formas: enojo, ego, confusión, tristeza. Cada persona lo vive de manera diferente. Por ejemplo, no es lo mismo que despidan a un grupo grande a que la situación sea individual. Sea como sea, lo más importante es validar lo que siente la otra persona. Las emociones son reales y esa persona tiene derecho a expresarlas.
En esos momentos, solemos recurrir a frases como: “Ten calma, pronto se abrirán nuevas oportunidades”. Y aunque lo decimos con la mejor intención, pueden sonar vacías por lo comunes que resultan. Lo mejor que podemos hacer es escuchar.
La escucha activa es una habilidad que se puede entrenar. Algunas cosas que he aprendido:
Haz preguntas abiertas, que inviten a compartir más que un “sí” o “no”. Ejemplo: ¿Cómo te está afectando esto ahora mismo?, ¿Qué es lo que más te preocupa del futuro?, ¿Qué te gustaría hacer a partir de ahora?.
No busques responder inmediatamente. Esa voz interna que piensa en qué decir antes de que la otra persona termine, mejor dale un descanso. A veces, un “entiendo” o un gesto basta para mostrar que realmente escuchas.
Refleja lo que la persona dice, siempre de forma genuina. Ejemplo: “Me parece que sientes mucha frustración por lo que pasó”. Eso demuestra atención y hace que la persona se sienta valorada y comprendida.
Ofrece ayuda
La mejor manera de saber cómo apoyar a alguien que perdió su trabajo es simplemente preguntarle: “¿Cómo puedo ayudarte?”. Muchas veces caemos en la tentación de asumir lo que necesitan, basándonos en nuestra experiencia, y damos consejos no solicitados. En un momento tan vulnerable, eso puede ser más una carga que un apoyo.
Cada persona procesa esta pérdida de forma distinta. Algunas necesitan espacio, otras buscan compañía, quieren hablar sin parar o distraerse. Todo es válido.
Incluso si la persona no sabe qué necesita, también está bien. A mi me pasó que no sabía qué necesitaba. Lo que me ayudó fue que algunas personas me ofrecieran opciones muy concretas:
¿Quieres tomar un café la próxima semana?
¿Quieres que revise tu CV?
¿Quieres que te presente a alguien del sector?
Así podía responder con un sí o un no sin sentirme forzada.
Recuérdales quiénes son
Entre la frustración, es común sentir que todo esfuerzo invertido fue en vano. En esos momentos, la validación externa se vuelve muy importante. Un comentario sincero puede marcar la diferencia: “Recuerdo cuando lideraste ese proyecto; todos decían que sin ti no habría salido adelante”.
Más allá de las palabras, también puedes ayudar a que recuerde que su identidad no se define solo por el trabajo. Invítale a hacer actividades que le reconecten con otras facetas de su vida: ver una película, salir a correr, cocinar juntos o simplemente compartir una charla ligera.
Recuerda mantener límites
Cuando alguien que queremos atraviesa un momento difícil, es natural preocuparnos. Pero para acompañar de verdad, es necesario mantener límites saludables. Una pregunta útil es: “¿Necesitas desahogarte o prefieres que te dé un consejo?”.
Si responde que solo quiere desahogarse ,y ya lleva días haciéndolo, está bien marcar un límite con amabilidad: “Te escucharé cinco minutos más y luego hacemos [actividad/distracción]” o “Quiero estar para ti, pero también me gustaría contarte algunas cosas mías”.
De esta manera, le recuerdas que sí estás ahí para apoyarle, pero también que la relación debe ser equilibrada.
No olvides: no es tu responsabilidad resolver el problema. No necesitas ser su coach de carrera ni su terapeuta; basta con cumplir tu rol de amistad. Eso significa mostrarle que, aunque no tengas todas las respuestas, no está solo en esto.
Sigue haciendo check-in
El apoyo no debería ser solo en las primeras semanas de desempleo. Muchas veces, la parte más dura llega después: cuando las entrevistas se enfrían y los rechazos se acumulan. Justo cuando la mayoría deja de preguntar “¿cómo vas?”, es cuando más se agradece un mensaje o un gesto de cercanía.
Si es necesario, pon recordatorios para no perder de vista cómo sigue la persona. Celebra también sus pequeños logros durante este periodo y acompaña en los momentos difíciles.
Al final, lo más importante es que nuestros amigos sepan que no están solos. Ese, quizás, es el mayor regalo que podemos dar. Si alguien cercano pierde su trabajo de forma repentina, no necesitas resolver la situación. Basta con recordarle que lo acompañas, que lo ves y que puede contar contigo.
Noelia Wong
Comunicadora con experiencia en productos digitales, apasionada por ayudar a que los usuarios obtengan el máximo valor de las herramientas. Cofundadora de una consultora de diversidad e inclusión, donde diseña experiencias de aprendizaje para promover la creación de equipos y culturas de trabajo inclusivas. Su enfoque integra comunicación, experiencia de usuario, inclusión y negocio. Amante de los libros y de compartir conocimiento a la comunidad profesional.
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